
M: Mario
B: Boa
M:Hola, mi quridísimo amigo
B: Hola creador
M: Veo que estás muy feliz, ¿qué ha sido de ti?
B: Bueno, yo no seguí nada con lo militar, sino que ahora soy un veterinario. La verdad es que me dolió mucho lo que le hice a la Malpapeada (llanto), pero con esto, ya estoy sanado totalmente.
M: ¿Qué fue de la Malpepeada?
B: Luego de la patada, quedó muy mal. Bueno, la Malpateada como se llamó despues estuvo en un proceso de rehabilitación e inclusive participó en un comercial de Lipigas, una compañía chilena, ¿no?.
M. ¡Mira que bien!. Entonces, ¿te sientes bien como veterinario?
B: Sí, mucho. Es increíble la cantidad de amor que se recibe de estos animalitos, en especial de los perros, no los de la novela, sino los otros como la Malpapeada. Inclusive me hice cargo del otro animal del Leoncio Prado, la vicuña, pero lamentablemente tuve que regalársela al Teniente Gamboa, ya que él se encuentra en un sector más adecuado para ellas (risas).
M: Pues bueno, muchas gracias
B: Gracias a ti, ¿no?
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