BLOGSPOT creado por René Catalán, Carlos Figueroa y Matías Vergara sobre la novela "La ciudad y los perros" de Mario Vargas Llosa, para trabajo de Lenguaje y Comunicación.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Entrevista exclusiva al peloláis del Leoncio Prado, el "jaguar"

Bueno, ahora le pedí personalmente al periodista del programa Detrás de la Obra, que hiciera el trabajo por mí y hablara con el jaguar, esto fue lo que el redactó finalmente para mí:

E: Entrevistador.

J: Jaguar.

E: Muy Buenas tardes señor.

J: Buenas tardes ¿Desea algún servicio de nuestro banco señor?

E: No, yo se que a usted le decían jaguar ¿cierto? Vine hasta aquí porque quería saber un poco más de su historia. Usted fue al Leoncio Prado ¿cierto?

J: Así es, no fueron los mejores años de mi vida, pero los agradezco porque maduré, gracias a que alguien me dio una segunda oportunidad. En fin fueron años muy difíciles.

E: Yo creía que usted era fuerte, una roca ¿Por qué fueron difíciles para usted?

J: Porque uno nunca va a encontrar a alguien genuino, uno tiene que hacerse una máscara, un escudo, porque los demás te pueden juzgar, y porque la vida te marca; entonces lo que tú en realidad ves de alguien, son las diversas influencias de cada circunstancia vivida, en fin.

E: Pero hablemos más de eso ¿qué lo marcó a usted antes durante y después de el Leoncio Prado?

J: Mira, vamos por orden, antes del internado, lo que en realidad me hizo fuerte fue el ayudarle al flaco Higueras, pero en todo sentido, porque aprendí a defenderme, pero también aprendí que los amigos nunca van a querer un mal para ti, aunque hayamos robado y todo eso el quería lo mejor para mí. En el instituto militar, definitivamente fue el último año, diversos conflictos por una prueba sellaron con sangre y dolor para la generación el año, y más para mí que tomé muy a pecho mis dichos y la ceguera me llevó a hacer algo fatal, supongo que tú al venir a hablar conmigo sabes, pero algo bueno salió de ahí: alguien confió en mi y me dio una segunda oportunidad y eso es lo que me hizo salir adelante y que tú me encuentres hoy en este lugar. Y lo posterior, fue el reencuentro con Teresa y con el flaco, quien ahorita está trabajando en el cubículo de al lado, le diría que viniera, pero el jefe está con él en este momento, así que mejor no. Pero como sabes me casé con Teresa y somos felices, pero lo que me da más orgullo es que con el flaco dejamos el pasado atrás y hoy nos proyectamos como hombres de bien, en fin.

E: ¿Qué pasó por tu cabeza cuando lo mataste?

J: Si supiera te lo diría pero mis pensamientos como nunca estaban nublados, creo que fue un delirio, un trágico delirio. Hasta hoy no puedo resolver ese misterio y para calmar mi conciencia voy a visitar a Ricardo a su tumba, pero aún no puedo superarlo, en fin.

Mira, te vas a tener que ir porque viene el jefe, y aunque tenga un alto cargo en el banco, sigo siendo un empleado más.

E: Muchas gracias por todo, sigue adelante, adiós.

J: Gracias a ti, fue una muy buena conversación… por cierto ¿quién eres?

E: Eso no importa, lo que importa es quien eres tú, adiós.


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